Había gente en masa (70.000) bajo una lluvia torrencial. Por el camino, las escenas del mes pasado, mas numerosas y conmovedoras.
Y abriendo sus
manos las hizo reflejar en el sol y, en cuanto se elevaba, continuaba el brillo
de su propia luz proyectándose en el sol.
Y exclamé que todos
mirasen al sol. Se da entonces el milagro del sol, prometido tres meses antes,
como prueba de la verdad de las apariciones de Fátima. La lluvia cesa y el sol
por tres veces gira sobre si mismo, lanzando a todos los lados fajas de luz de
variados colores. Parece a cierta altura desprenderse del firmamento y caer
sobre la muchedumbre. Todos están atónitos. Los periodistas de los periódicos
seculares que habían acudido incrédulos a desprestigiar los apariciones, tomaron
fotos y dieron testimonio de aquel milagro en la prensa.
Los tres niños eran
favorecidos con otras visiones: Vimos al lado del sol a S. José con el Niño y a
Nuestra Señora de los Dolores. El Niño Jesús parecía bendecir al mundo de la
misma forma que S. José. Después se disipo esta visión y aparece Nuestra Señora
del Carmen.
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